Esta es la historia de una niña de catorce años, de mirada obscena, que borda vestidos para niños muertos.
También existe en esta historia una ciudad condenada al olvido, a la peste, a la vulgaridad y a la ignorancia. Una ciudad que los Niños Góticos perturban con el brillo de lo que publican en libros, diarios y revistas; con el alboroto de su juventud llena de ruidos y escándalos, con la moda que imponen en el decir y en la opinión de la vanguardia.
La ciudad finge amarlos, pero en realidad los odia, hasta el punto de desear para ellos el silencio y la extinción.
Esta es la historia de los Niños Góticos y del complot que acabará con sus vidas. Uno de ellos, Abraham, tiene la piel oscura como la de un beduino, es bisexual y escribe y se adora como nadie; el otro, César, es mestizo, provinciano, putañero y se atreve a escribir una poesía que transformará al mundo; el tercero, José Carlos, es cojo, cuchillero, bastardo y arribista, y sus ideas incendiarán a un país; el cuarto, Josemari, es chaplinesco, hermoso y pederasta, y quizá por eso no creció.
Hay otros, ya los conocerás.
[ Javier Arévalo ]
(Lima, Perú, 1965) Uno de los nombres más recurrentes cuando hablamos de literatura peruana última. Desde la publicación de su novela Nocturno de ron y gatos no ha dejado de ofrecer una serie de historias donde se recrea parte de nuestra compleja realidad peruana. Ha publicado cuatro libros de relatos, entre ellos: Una trampa para el comandante (1989), y Una línea hacia tu corazón (2006), así como las novelas: Nocturno de ron y gatos (1994), Instrucciones para atrapar a un ángel (Lima, 1995), Vértigo bajo la luna llena (1997). Él cazaba halcones (2004), El beso de la flama (2001), publicada en España con la editorial Opera Prima y traducida al portugués el 2002. Gracias, Señor, por tu venganza (Lima, 2007),
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